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La tierra de los dos ríos
- John Carrillo Diaz
- 5 nov
- 3 Min. de lectura
El Principado de Úvendor se alza sobre una tierra antigua, a travesada por ríos, cruzada por montañas y ciénagas, que parecen respirar con vida propia.
Por el sur del territorio entra una gran cordillera de cumbres nevadas y páramos altos, que al internarse en Úvendor se divide en tres ramales. Uno corre hacia el oeste, otro atraviesa el corazón del Principado, y un tercero se abre camino hacia el este, hasta perderse en las ciénagas.De sus alturas nacen los ríos que dan forma a los valles fértiles y a las ciudades que sostienen la vida de esta tierra.
Narda in Mintela, el lugar de las cumbres nevadas, conocido como el enlace o el nudo del pequeño páramo, porque ahí es el punto donde la larga cordillera occidental del continente de Abyala del Sur se divide en tres grandes serranías que cruzan los territorios de Entrerríos.
Sus laderas son selváticas, sus cumbres nevadas, y de ellas nacen los ríos Taininkumië y Jegú, las arterias principales del Principado.
Bajo las montañas de Narda in Mintela, oculta entre la piedra y la nieve, se encuentra la Capital del Reino Sapcua y la ciudad secreta de Jialinkir.
Los tres ramales
Delias Eisil, la serranía de los estanques de agua se extiende desde el sur en dirección norte hasta el mar, y luego hacia el este por la línea costera, cruzando los distritos de Kalenandë y Foinakóbas.
Es la más occidental de todas, una línea de montes azules que guarda los humedales y los valles interiores.
Dilias Atanasáirenes, el ramal central, recorre los territorios de Kalenandë, Metimosto, Maltanimdor y Ninlusnin, finalizando en los pequeños cerros conocidos como Mintemyn. Sus cumbres dividen el territorio en dos valles inmensos y fértiles.
Dilias Jeguá, la más oriental, marca el límite del Principado con las tierras de Malduindor. Sus estribaciones culminan en los espejos de agua donde se encuentran la Ciénaga de Manawló y los Ríos de Oro, un lugar de belleza inquietante donde la luz se fragmenta como si el sol hubiera caído al agua.
Entre las tres serranías se extienden dos grandes valles que nutren al Principado:
El Valle del Taininkumië, entre las serranías de Ëisil y Atanasáirenes, irrigado por el río Taininkumië, es un paraíso de planicies verdes, ciénagas y humedales fértiles. Allí se encuentran las principales ciudades de Úvendor: Kalenandë, Maltanimdor, Ondolindë y Edainosto.
El Valle del Jegú, entre Atanasáirenes y Jeguá, es más ondulado y extenso y es atravesado de oeste a este por el río Jegú. Sus tierras están cubiertas por el Bosque de Salósnin y las granjas enanas del distrito de Metimosto, donde los ríos bajan claros desde las montañas. Limita al este con las Ciénagas de Manawló.
Los Dos Ríos
El Jegú y el Taininkumië, ambos ríos nacen en las alturas de Narda in Mintela y cruzan Úvendor como venas vivas que alimentan sus llanuras.
El Taininkumië fluye de sur a norte, amplio y profundo, hasta desembocar en el mar Turcarim, en la región de Toer Esir.
Su cauce ancho permite la navegación de embarcaciones y conecta los distritos más prósperos del Principado, por tal motivo el río es usado comercialmente, a lo largo de él se encuentran puertos en las poblaciones de Orwandor, Kalenandë, en la Boca del Manrantkel, Ondolindë y Edainosto.
El Jegú corre hacia el noreste, atravesando bosques y sabanas hasta perderse en las ciénagas de Mot Manawlô. Sus aguas reflejan la luz dorada de los atardeceres y guardan los secretos de las montañas que lo vieron nacer.
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